Para un portero de fútbol su principal objetivo es defender la portería y frenar el mayor número posible de balones que lance el equipo contrario. Para ello, su material más preciado son los guantes de portero por lo que aquí explicamos cómo sacarles el máximo provecho y cuidarlos para ayudar a que duren más tiempo.
El principal consejo es no apoyar nunca las palmas de las manos sobre el campo. Tienes que intentar no caer con las palmas al lanzarte a por la pelota y no utilizar la palma como apoyo. Es importante aprender a caer utilizando la fuerza del abdomen y las piernas y para levantarte cerrar el puño o usar el antebrazo para no desgastar la palma del guante.
Para introducir la mano en el guante hay que hacerlo poco a poco y con cuidado evitando cogerlo por la zona del velcro que puede ser muy agresiva con el látex.
Es recomendable tener siempre dentro de la portería de fútbol una toalla para limpiar la palma de los guantes, sobre todo en campos de tierra.
A veces y dependiendo del material del guante es recomendable humedecer ligeramente la palma. Es importante calcular previamente la cantidad que admite el guante para que no afecte al agarre del balón.
Después de cada partido es importante dejarlos secar. No guardarlos en la bolsa nada más terminar, sino dejarlos secar un poco mientras te cambias o arreglas el resto de cosas.
Guardarlos por separado. Una buena idea es guardarlos en su bolsa individual, a parte de la ropa sucia y lejos de la toalla mojada. Al guardarlos, no pongas las palmas juntas ya que se pueden pegar y romperse al separarlos. El látex necesita airearse por lo que las bolsas para guantes con transpiración son la mejor opción. Hay que prestar especial atención a los pulgares de los guantes ya que normalmente van plegados y hay que poner un papel que haya de barrera para separarlo de la palma.
Lavarlos con cierta frecuencia con agua tibia con poca presión y ayuda de un cepillo de dientes de cerdas suaves. Puede usarse un poco de champú neutro o jabón especial para guantes, pero lo más importante es dejarlos secar hasta que no les quede nada de humedad, siempre a la sombra y nunca al sol o con fuentes de calor directas ya que el látex se puede deshidratar y aparecer grietas. Nunca deben meterse a la lavadora ni escurrir apretándolos ya que podrían deformarse.
El agua o la erosión aparentemente no parece que deterioren los guantes, pero sí que afectan al agarre aunque no se aprecie a simple vista por lo que hay que prestar atención a cómo cuidar los guantes de portero.
Es lógico que los guantes de portero se desgasten con el tiempo y del uso y roce del balón de fútbol, pero siguiendo estos consejos puedes conseguir que te duren un poco más y estén en mejor estado durante más tiempo.
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