El portero es la persona del equipo de fútbol encargada de proteger la portería de los tiros de los oponentes. Es la posición más importante en el campo de juego; sin embargo a menudo es la posición más descuidada por los entrenadores.
Dentro de las cualidades más importantes a tener en cuenta en cuanto a la preparación física de un portero, tenemos que destacar la importancia de que tenga velocidad de salida, el coraje para tirarse a la pelota y la habilidad para lanzar y capturar con precisión.
Pero no tenemos que olvidarnos de que cada vez es más importante que además tenga una buena preparación psicológica. Conseguir una estabilidad emocional no se puede conseguir de la noche a la mañana, pero sí que se puede trabajar y entrenar.
Además de las competencias técnicas y tácticas que tiene que desarrollar un portero también es necesario que desarrolle unas competencias emocionales específicas como portero:
- Entender la soledad del portero dentro del trabajo colectivo: Aunque el fútbol se trate de un trabajo en equipo, el portero vive el partido en soledad debido a su tarea y a la distancia que lo separa del resto de los compañeros en el terreno de juego. A su vez, también tiene que saber afrontar el éxito y el fracaso en soledad, ya que cuando su equipo marca un gol él lo celebra en soledad al igual que cuando a él le marcan un gol.
- Saber mantener una atención focalizada para poder leer el juego sin participar en él: Es imprescindible que el portero esté atento a la acción del juego aun cuando no está interviniendo ya que será la única forma de poder reaccionar de la forma más eficiente y poder sacar el máximo partido a su rendimiento.
- Liderar desde la portería: Un buen portero tiene que dirigir el juego a sus compañeros, especialmente a los defensas que son los que pueden ayudarle más en su tarea de defender la portería, por lo que tiene que trabajar la autoconfianza para no dudar de sí mismo.
- Aceptar la posibilidad del error: El error del resto de jugadores pasa más desapercibido y no es tan determinante en el juego como un error en el portero. Esto hace que el portero se sienta más inseguro lo que puede traducirse en más errores durante el juego. Hay que entender que el error forma parte del juego y que es imposible no fallar nunca, pero la diferencia está en si se consigue manejar la situación después del error para centrar la atención de nuevo en el juego.
- Contagiar seguridad: El portero contagia sus emociones a su equipo, un portero seguro transmite su seguridad a sus compañeros en el trabajo defensivo por lo que tiene que crear un ambiente favorable para que el equipo trabaje con mayor tranquilidad.
- Orientar hacia la mejora de la tarea: Es importante que el portero, además de estar motivado por mantener la portería a cero, también tenga otras motivaciones por las que trabajar diariamente y mantener el ánimo.
- Desarrollar habilidades para el autocontrol emocional: Control de la ansiedad, el estrés, el enfado y el desánimo. Muchas veces el propio carácter es el mayor obstáculo para uno mismo ante situaciones de dificultad, conflicto o exigencia. Se debe trabajar el autocontrol para poder manejar las emociones y conseguir que no afecten al rendimiento del portero.
Es importante que el entrenador del equipo preste especial atención al entrenamiento del portero, ya que tiene que como hemos visto en «Coach deportivo como líder de su equipo» tiene que crear un ambiente de competencia sana y motivación entre sus jugadores para sacar lo mejor de ellos.
En definitiva… La concentración es la raíz de todas las capacidades del hombre.
Además de estos consejos, desde MundoSilbato os recomendamos el siguiente libro dónde podéis encontrar ejercicios muy prácticos para un portero de fútbol: «1000 ejercicios y juegos para el portero de fútbol«.
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