A lo largo de la etapa de crecimiento de un niño existen varias fases en las que su cuerpo y mente son capaces de desarrollar diferentes cualidades motrices. Estas fases están directamente relacionadas con la edad del niño y es muy importante conocerlas para no realizar un entrenamiento demasiado sencillo o demasiado complicado y sacar el mayor rendimiento de cada niño.
Son muchas las razones para el inicio de los entrenamientos en edades tempranas. A partir de los cuatro años un niño puede realizar con eficacia multitud de movimientos motrices naturales como caminar, correr, saltar, etc. por lo que todo ejercicio que le queramos enseñar debe ajustarse a estas acciones como base para que las puedan asimilar con mejores resultados.
La labor del entrenador es muy importante ya que tiene que fomentar la iniciativa de los niños planteándoles juegos y ejercicios que favorezcan su desarrollo. El empleo de los juegos para entrenar puede conseguir que los niños mejoren en eficiencia sus movimientos y que exploren sus capacidades.
Antes de poner en marcha el entrenamiento debemos evitar la mayor cantidad de riesgos en los niños:
- Realizar una evaluación previa de los niños.
- Adaptar el equipo de entrenamiento al tamaño y necesidades de los niños.
- Fijarse en que los niños tomen las posturas correctas al ejecutar los ejercicios.
- Explicar a los niños previamente la técnica de los ejercicios a realizar para que sepan lo que van a hacer.
- Empezar con un calentamiento adecuado al tipo de entrenamiento y terminar con un estiramiento.
- Utilizar la ropa y el calzado adecuado para el deporte que van a practicar.
- Asegurarse de que en todo momento hay una temperatura adecuada y los niños tienen agua suficiente para mantenerse convenientemente hidratados.
Conforme los niños van creciendo o teniendo más edad las exigencias pueden ser mayores, por lo que el entrenador debe fomentar el afán de superación de los niños para ayudarles a evolucionar. Además, los niños cada vez van teniendo más interés en conocer las normas del juego, buscan más intensidad en los entrenamientos, aprenden a trabajar en equipo y desarrollan otras capacidades más complejas como el equilibrio, la persecución y la coordinación.
Como siempre, en todas las disciplinas podemos encontrar niños que sobresalen y están preparados para realizar ejercicios mucho más complicados o de más nivel, por lo que el entrenador tiene que estar atento para no caer en el error de que esos niños se acaben aburriendo por falta de interés o motivación.
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