El conjunto de árbitros de un partido de fútbol es el grupo deportivo encargado de asegurarse que se cumplen todas las normas establecidas en el desarrollo del partido y señalar las posibles infracciones de los jugadores. Los distintos árbitros que componen el equipo arbitral emplean varias formas de comunicación, tanto entre ellos como con los jugadores y entrenadores de los distintos equipos. No solo hablamos de la palabra o del material arbitral, sino también con gestos, expresiones faciales, movimientos y hasta el lenguaje corporal o no verbal.
Una característica principal de un árbitro deportivo es la asertividad, entendida en este ámbito como la “capacidad para transmitir un mensaje, con o sin palabras, sin dejarse manipular por las protestas de participantes y público y sin coartar los derechos de los propios participantes, siempre utilizando métodos no agresivos”.
En los inicios, la forma de señalar las infracciones por parte del árbitro era avisando con un pañuelo cuando el partido tenía que detenerse. Posteriormente, pasó a utilizarse una campana al valorarse la necesidad de una señal acústica que pudiera ser escuchada por todos los jugadores pero la señal seguía siendo insuficiente y muy floja.
Por fin llegó el silbato, dando el mejor resultado al oírse perfectamente desde cualquier parte del estadio. El silbato tiene que llamar la atención de los jugadores para transmitirles que algo ha pasado, debe emitir una señal fuerte, con decisión y seguridad y ser diferente sonido dependiendo del motivo de su uso. Por ejemplo, en un partido de fútbol su uso es obligatorio al iniciar y terminar el partido, cuando se produce una infracción de las reglas del juego o para indicar la reanudación del partido después de un penalti o falta o tras una sustitución.
La comunicación de los árbitros entre ellos y con los jugadores es muy importante para el buen transcurso del partido y para evitar polémicas arbitrales debido a errores en el arbitraje. Un árbitro debe controlar en todo momento el partido, no solo conociendo el reglamento de juego sino disponiendo de un silbato y material arbitral para reforzar sus capacidades comunicativas.
Además del silbato, totalmente necesario por parte de los árbitros para cualquier comunicación, para comunicarse entre el equipo arbitral el elemento principal son los transmisores de voz inalámbricos. Tienen alcance de más de un kilómetro y son ligeros y fáciles de usar. La tecnología empleada permite aislar la voz evitando ruidos exteriores e interferencias y permite a los distintos árbitros estar en continuo contacto.
Los banderines de árbitro son otro de los elementos principales para comunicarse entre ellos. Suelen llevarlos los árbitros asistentes para señalar al árbitro principal todo aquello que sea necesario: si un jugador está fuera de juego, si ha salido un balón del campo, alguna infracción de un jugador cerca de su zona, etc. El árbitro asistente tendrá el banderín arbitral normalmente desplegado para indicar con rapidez la señalización que sea necesaria.
Lo importante es disponer del material adecuado para poder transmitir todos los mensajes que sean necesarios e intentar que el partido transcurra con la mayor normalidad y sin imprevistos. La comunicación de los árbitros debe ser constante y controlada para evitar infracciones que puedan derivar en malentendidos, tanto con el público como con los propios jugadores y sus entrenadores.
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