Siguiendo con nuestro artículo anterior en el que hablamos del respeto al árbitro en el fútbol base, vamos a seguir viendo la importancia de no discutir con el árbitro. Es muy común que un jugador al intentar reclamar una falta quede tendido en el suelo mientras el balón sigue corriendo.
Discutir con el árbitro puede sacarte físicamente del partido
Esta es una situación muy común en los partidos de fútbol, incluso en los niveles superiores de este deporte: jugadores de diferentes equipos que luchan por el balón, cuando de repente, uno de los jugadores cae. El jugador que consiguió la posesión del balón de fútbol corre rápido hacia la meta del contrincante, mientras, el jugador que ha caído y ha perdido la pelota continua tumbado sobre el terreno de juego mirando al árbitro para que haga sonar el silbato.
El problema en la situación anterior es que si no había ningún pitido, el árbitro no vio falta. Al permanecer en el suelo, el jugador tumbado en el suelo ha salido por si mismo del partido y el efecto es que su equipo juega con un hombre menos. No solo no han conseguido una falta a su favor, sino que han puesto a su propio equipo en desventaja. Enseña a los jugadores a jugar siempre hasta que suene el silbato. Si caen, aunque crean que ha sido falta, deben recuperarse rápidamente para seguir jugando.
Discutir con el árbitro puede sacarte mentalmente del partido
Los jugadores que están discutiendo con el árbitro de una forma activa no están prestando toda su atención al juego. Si están colocando en el terreno de juego para que el árbitro pueda escuchar su opinión, no están pensando en su posición en relación con el juego que se está desarrollando en el campo. Si el jugador está dedicando su esfuerzo a hablar con el árbitro, no puede comunicarse de manera efectiva con sus compañeros de equipo.
El fútbol es un verdadero deporte de equipo. El fin de que un equipo tenga éxito consiste en que todos los miembros del equipo deben cumplir con su labor mientras están en el terreno de juego. Esto significa colocarse para apoyar a los compañeros de equipo ya sea para estar abierto a pases o para marcar a jugadores contrarios en las posiciones de defensa. También es necesario que estén hablando entre si para que los compañeros sepan en cada momento donde están y señalar a los jugadores del equipo contrario puede ayudar a tener la posesión del balón. Sin embargo, nada de esto puede ocurrir cuando el jugador está discutiendo con el árbitro durante el partido.
Como entrenador hay que enseñar a los jóvenes jugadores que en los partidos hay que concentrarse en el juego, su situación y las oportunidades que este presenta. Si no se está concentrado en el juego, se está ‘mentalmente’ fuera del partido.
En el siguiente y último artículo de esta serie vamos a ver:
Discutir con el árbitro puede afectar negativamente a sus decisiones.