En el mundo del deporte, sobre todo en el deporte en equipo, la motivación es uno de los aspectos más importantes, pero más aún la automotivación. Para cualquier entrenador tener a su equipo totalmente motivado puede suponer la diferencia entre el éxito o el fracaso, por lo que a veces no sólo hay que entrenar la parte física, sino que es necesario trabajar cuidadosamente la disposición mental de los jugadores.
Crear la necesidad en los miembros del equipo de mejorar cada día para ser mejores que ayer no es algo fácil, sobre todo cuando se tiende a acomodarse en el lugar en el que uno se encuentra, ya sea en la victoria o en la derrota. Por lo que cuando hablamos de trabajar la motivación de un grupo de jugadores, nos referimos a crear una predisposición a mejorar, realizando cambios y crear objetivos a alcanzar.
Pero por mucho que un entrenador intente crear una motivación en los jugadores, hay una parte que es difícil de controlar. Nos estamos refiriendo a la automotivación. Esta depende de uno mismo y existen diferentes técnicas y formas de practicarla.
Una de las cosas que siempre hay que tener en cuenta para trabajar la propia motivación es la parte física y emocional. No sentirse bien con tu cuerpo, no verte preparado físicamente para competir en condiciones o tu vida fuera de los entrenamientos y partidos, puede hacer más complicado a la automotivación. En el mundo del fútbol profesional hemos podido ver en ocasiones a jugadores de grandes equipos no verse preparados para competir.
Para mantener la automotivación y poder competir al mejor nivel, se pueden seguir una serie de consejos:
- Márcate objetivos que puedas hacer realidad. Planificar una serie de objetivos a cumplir cada día, semana o año, te va a permitir no desmotivarte. Saber que todo tu esfuerzo tiene como resultado alcanzar el reto que te plantees hará que tu motivación sea mayor. Pero recuerda que antes de marcar tus objetivos debes ser sincero contigo mismo y plantearlo de forma realista.
- Valora tus resultados, esfuerzo y trabajo. No sólo hay que centrarse en los resultados que se consiguen o no. Hay que estar orgulloso de todo el proceso realizado, los entrenamientos y la actitud puesta en el terreno de juego. Debes valorar todo y siempre intentar mejorar.
- Piensa en positivo. Nuestra mente puede ser nuestro mayor enemigo, ya que si piensas que algo no va a salir bien, lo normal es que se realice mal. Para que esto no pase hay que entrenar y cuidar la mente.
- Analiza tus errores. Somos humanos y como tales cometemos errores, pero estos nos ayudan a mejorar y progresar cada día. Los fallos hay que aceptarlos como partes del proceso de una temporada.
- El entorno. Tener un entrenador que confíe en ti y sea un líder (ya os hablamos de la importancia del entrenador deportivo como líder del equipo), unos compañeros que te aconsejen y se preocupen, son importantes para superar los momentos más complicados.
Sobre todo diviértete con lo que haces. De qué sirve practicar el deporte que amas si no te diviertes. Ya juegues en un equipo amateur o en un equipo profesional, recuerda que si lo pasas bien en tus entrenamientos y partidos tu rendimiento será mejor.