Hoy en día el fútbol es uno de los deportes más practicados y con más seguidores tanto en nuestro país como a nivel mundial. A quien le gusta el fútbol tiene muchas maneras de involucrarse en este deporte: jugador, seguidor, entrenador, etc. Pero otra manera de acercarse a este ambiente es estudiar para ser árbitro profesional, una profesión que en la actualidad está aumentando en consideración su demanda.
El arbitraje de fútbol en España está regido oficialmente por el Comité Técnico de Árbitros (CTA) dentro de la RFEF (Real Federación Española de Fútbol). Este comité se encarga del funcionamiento y organización del mundo arbitral haciendo la designación de partidos, los ascensos de categoría de los árbitros, árbitros asistentes, delegados de partidos, etc. Además también es el encargado de comunicar a la FIFA la selección de los árbitros y asistentes en cada temporada.
Otra de las funciones importantes de este comité es que actúa como órgano regulador y supervisor de los comités técnicos arbitrares de las distintas federaciones autonómicas.
En todas las comunidades españolas, los comités territoriales de árbitros son los encargados de la formación de estos futuros colegiados.
Para que un árbitro llegue a la élite tiene que tener una formación que empieza desde la juventud, normalmente a la edad de entre los 14 y los 16 años. Muchos se quedan en el camino, pero otros consiguen llegar a lo más alto con una excelente preparación tanto física como cultural.
En la comunidad de Madrid la edad comprendida para formarse como árbitro es desde los 14 a los 29 años, pero hay comunidades que han reducido la edad hasta los 25, 26 y 27 años. Esto es debido a que la UEFA ha dado una serie de directrices por las que se pretende que los árbitros sean cada vez más jóvenes para darles la oportunidad de llegar a ascender hasta nivel internacional.
El curso de formación tiene una duración aproximada de tres meses y está dividido en dos partes. La primera parte es más teórica y está centrada en darles a conocer todas las reglas del juego y en medir a los aspirantes en diferentes situaciones de estrés para indagar en cómo se enfrentarían a distintas acciones de un partido. La segunda parte es dedicada a la práctica, en la que se les enseña a la redacción de actas, reglas de juego, vídeos con distintas jugadas, etc. En esta parte práctica también cuentan con un preparador físico para ponerles a punto y que puedan pasar las pruebas físicas que luego tendrán que superar.
Durante los entrenamientos, se les hace un seguimiento para luego poder corregirles la gesticulación, manera de mostrar una tarjeta, material o complementos para árbitro que deben utilizar, la forma de hablar etc. Si aprueban los distintos exámenes teóricos y la parte práctica tendrían el curso superado por lo que comenzarían a arbitrar en fútbol 7 para luego ir subiendo de categoría conforme vayan evolucionando. Además de todo esto también son importantes los idiomas ya que abren posibilidades a la hora de ascender hasta nivel internacional.
En definitiva, se trata de conseguir que los futuros árbitros estén preparados para actuar ante cualquier situación que pueda surgirles en un partido y conseguir destacar entre el resto para ser designados en más partidos y conseguir ascender.
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